No soy médico, farmacéutico, enfermero, naturópata ni terapeuta. Por tanto es posible que este artículo contenga errores o imprecisiones. Se basa únicamente en mi experiencia e intuición. Como todo el contenido del blog. Por eso le llamé "Mi opinión" en vez de llamarlo "La verdad absoluta".
Existe la creencia de que las empresas farmacéuticas se concentran más en su lucro, en la obtención de beneficio económico y en el enriquecimiento de sus propietarios y directivos que en la salud de sus clientes. Yo en casos puntuales he tomado medicamentos que me han aliviado los síntomas e incluso me han curado completamente de forma rápida y eficaz. Por tanto creo que algunas empresas, además de lo anterior, también se preocupan para diseñar medicamentos que curen.
Conozco gente que opina que hay farmacéuticas que diseñan medicamentos para "fidelizar" a sus clientes y cronificar sus enfermedades aliviando los síntomas temporalmente pero convirtiéndolos en adictos a esa substancia. Yo creo que en parte la culpa también es de los pacientes que se automedican y personalizan las prescripciones, lo cual es especialmente peligroso. Por un lado "vacunas" a las bacterias con dosis inadecuadas de antibióticos y luego se vuelven más resistentes para ti y para aquellos a los que contagias y por otro acostumbras a tu cuerpo a dejar de fabricar substancias necesarias porque ya se las suministras desde fuera.
Creo que la medicina alopática debe complementarse con la medicina natural que en mi caso siempre ha sido más efectiva y menos agresiva en cuanto a efectos secundarios. La llaman medicina alternativa. Simplemente son conocimientos adquiridos por seres humanos con la única diferencia que no hay un Estado (conjunto de personas) que haya seleccionado, regulado, limitado y encapsulado los contenidos en una carrera universitaria y se filtre a los que puedan ejercerla en base a un título homologado. Por el resto ambas están plagadas de aciertos y errores, de excelentes profesionales, de personas experimentadas y de buena fe que quieren ayudar al prójimo, pero también de incompetentes y de farsantes. Pero esto es un capitulo aparte.
Volvamos a los medicamentos. Hay uno que me hace mucha gracia. Se trata de los llamados "protectores estomacales". Creo que es una estrategia de marqueting excelente. Si un médico te receta un protector estomacal tu estómago va a estar protegido. ¿Quién no quiere proteger su estómago?. Te lo tomarás hasta con ilusión. Según tengo entendido es un reductor de acidez a base de inhibir la secreción de ácido clorhídrico estomacal. Yo lo estuve tomando durante mucho tiempo y no me curé hasta que decidí dejarlo. El ácido es necesario para la digestión. Si lo reduces se te cuelan "bichos" (es una barrera protectora natural), y el alimento mal digerido provoca cándidas y otras patologías intestinales. Pero con ese nombre quien no lo va a tomar. Es como ponerle a un jabón Sanex. Si me ducho con él estaré sanox. Todo el mundo quiere estar sano. Por esto los nombres influencian tanto en la decisión de compra y consumo, y en realidad no afectan en nada a la calidad real del producto. Son pura etiqueta. Pura decisión de marqueting.
Yo me curé el reflujo cuando dejé de tomar medicamentos para él y decidí inclinar la cama, comidas menos abundantes, nunca copiosas, cenar 2h antes de ir a dormir, cero tabaco (nunca fumé), cero café (nunca tomé), cero alcohol (sí que bebí), menos azúcar, menos carne, menos grasas, menos chocolate,... y sobretodo, nada de estrés (deporte, yoga, meditación y apartar de tu vida aquello que te hace infeliz). ¡¡Y cuidar la dieta!!. La dieta es extremadamente poderosa para la salud.
Y como éste otros ejemplos. Una almorrana operada dos veces. Llevaba tantas pomadas lubricando el ano que me hubieran sodomizado y ni me habría enterado. Un día decidí dejarlas de golpe, se secó y nunca más volvió a molestar.
Bueno lo dejo aquí que me tengo que ir a tomar la pastilla.
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