En el año 2001 se abolió en España el Servicio Militar Obligatorio. A mí me llegó tarde. No, no hice la mili. Cuando se me acabaron las prórrogas por estudios me declaré Objetor de Consciencia y estuve 13 meses en el departamento de contabilidad de una Fundación, con el mismo horario y tareas que otros empleados que, a diferencia de mí, estaban allí por voluntad propia y cobraban un sueldo por ello. Tuve mala suerte porque algunos amigos, con enchufe, me decían que se presentaban un día a la semana a firmar y a leer el periódico. Pero mucho peor era hacer la mili.
Los que la hicieron me decían que era una pérdida de tiempo absoluta. Por supuesto no salían preparados para entrar en combate. Se resignaban a ser el sirviente de algún oficial chusquero durante un año. Las novatadas, esa absurda venganza intergeneracional (te las hago a ti porque me las hicieron a mí), acababan en tragedia más veces de las que se daban a conocer. Un sistema discriminatorio, absurdo e inútil que funcionaba porque había intereses económicos y de poder involucrados que se resistían a no perder sus privilegios. Si nadie se hubiera mojado para cambiarlo seguiría siendo así.
Hace poco más de 10 años que se abolió y ya no se habla de la mili. Esas batallitas infumables que nadie tenía ganas de escuchar. Y a la vez tampoco se habla de los insumisos.
Yo quiero dedicarles un pequeño homenaje. Héroes anónimos que sacrificaron su libertad. Decidieron que podían cambiar la realidad y lo hicieron. No se conformaron con que las cosas son así porque siempre han sido así. Al primero lo fusilaron. Otros pasaron años en prisión. Consejos de guerra. Marginación. Les trataban de cobardes. Ellos antepusieron su comodidad individual para no traicionar a sus principios y con ello ayudaron a construir una sociedad mejor.
La gente ya no se acuerda. Ya no se habla de ellos. Yo sí. Yo les agradezco lo que hicieron. Sin ellos habría tenido que hacer la mili. Y no, no se conformaron con la PSS. Siguieron luchando hasta la abolición total. Les doy las gracias porque sus años de cárcel sirvieron para que nadie más sea obligado a perder un año de su juventud tan absurdamente. En una hipotética guerra, los mozos que han estado barriendo el cuartel durante 9 meses serían rápidamente exterminados por un ejército profesional bien preparado.
El verdadero héroe es el que no busca el agradecimiento de los demás en sus acciones. El que antepone a sus intereses individuales construir un mundo mejor. Los adolescentes tienen asumido que la mili no es obligatoria, es un derecho adquirido, pero no siempre fue así. No son conscientes de todo lo que tienen que agradecer a aquellos valientes. Yo sí.
Gracias.
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