martes, 18 de octubre de 2011

LA VIVIENDA

Hace unos años yo buscaba una vivienda para comprar. Los precios estaban desorbitados, incontrolables y los vendedores desbordaban prepotencia. Todo el mundo especulaba, todo se vendía, la burbuja inmobiliaria era ciencia ficción, y circulaban frases del tipo: "mañana será más caro", "el precio de la vivienda nunca baja", "si no compras ahora ya nunca más podrás"...

No, yo no era un profeta ni un visionario que anticipó el estallido de la burbuja. Yo no tenía ni idea de cómo evolucionaría el precio de la vivienda. Igual que todo el mundo. Simplemente me hice unas preguntas:

¿Quiero pasarme toda la vida destinando la mayor parte de mi sueldo/pensión para pagar una hipoteca de un piso que no me gusta? (los que me gustaban no los podía pagar, pero aunque así fuera...) ¿Necesito poseer una vivienda para ser feliz? Si los precios siguen subiendo nunca podré ser propietario de un piso... ¿Y? ¿Se basa en ello mi realización personal? ¿Me llevaré el piso a la tumba? (probablemente tampoco estaría totalmente pagado).

Así que decidí que viviría de alquiler y que probablemente nunca sería propietario de un piso. 

Pasaron los años. Hoy miro el precio de la vivienda y sigo pensando igual. Hay una crisis mundial, la gente pierde el empleo a un ritmo escalofriante y el precio de la vivienda no ha bajado en consecuencia. De hecho me sorprende que actualmente se venda ni un solo piso a esos precios.

Pero se venden. Y el comprador no se ha vuelto loco. Simplemente piensa que dentro de unos años su piso valdrá menos... igual que su coche y la mayoría de sus bienes. Es lo normal. Los objetos se deterioran con el paso del tiempo. O tal vez piensa que el precio de su piso todavía tiene recorrido al alza. Incluso tal vez ni se plantea que algún día lo pueda vender, simplemente le compensa porque sus valores o su capacidad adquisitiva son distintos a los míos.

Y el vendedor piensa que vale más tener un piso a la venta a un precio ficticio por si suena la flauta que asumir una pérdida que le ahorrará todo el recorrido de bajada que todavía puede acontecer. O da un margen de negociación más amplio (desconozco el precio real al que se acaban vendiendo). O tal vez estoy equivocado y el precio actual de la vivienda es el que se corresponde a la situación económica del momento.

Y el legislador sigue premiando fiscalmente la posesión de una vivienda sobre el vivir de alquiler. ¿Por qué? ¿Porque en este país impera la cultura de ser propietario de tu casa? ¿Porque la posesión limita la movilidad geográfica? ¿Porque impera la cultura de la deuda y por tanto es mejor un endeudamiento que ahoga que un ahorro que protege? ¿O simplemente porque el legislador es propietario de una vivienda y defiende sus intereses particulares? Exactamente igual que yo.

Yo defiendo el alquiler. Defiendo que fiscalmente no se penalice la decisión de vivir de alquiler respecto a la de comprar una vivienda. Que el ahorro líquido tenga el mismo tratamiento fiscal que el que decidió libremente invertirlo en ladrillo, en su vivienda habitual. Que los pagos de alquiler tengan el mismo tratamiento que los pagos de la hipoteca (independientemente de la fecha de compra o arrendamiento de la misma).

Yo en realidad pienso que la vivienda habitual es una forma más de invertir el dinero, que todo el mundo tiene la libertad de decidir qué hacer con sus rentas y sus ahorros y que prácticamente todo el mundo necesita un techo bajo el que vivir. Por ello, fiscalmente la vivienda habitual no debería tener un tratamiento diferenciado o particular a otro tipo de ahorro, inversión, patrimonio, donación, sucesión...

Pero claro, si tuviera una vivienda de propiedad pensaría distinto....

No hay comentarios:

Publicar un comentario