Desde la crisis de Bankia se ha cuestionado ampliamente si los bancos deben ser rescatados con dinero público.
Es obvio que cualquier empresario o emprendedor desearía que si su empresa va mal (porqué él ha sido un incompetente en la gestión del negocio), viniera Papá Estado y le inyectara una buena dosis de dinero público para reflotarlo. También lo agradecerían los clientes, proveedores, empleados y accionistas. Pero normalmente ello no ocurre (y si es una PYME menos), por lo que las empresas quiebran, los empresarios y los accionistas "se arruinan", los proveedores no cobran y los empleados son despedidos.
Sin embargo los Bancos e instituciones financieras gozan del privilegio de tener como rehén los ahorros de los ciudadanos. Y eso les da un blindaje que ya desearían el resto de empresas privadas. Y unas ventajas que van más allá de lo que sospechamos:
Yo trabajé en una compañía de seguros. Las instrucciones eran sencillas. El banco se forra cobrando comisiones por sus servicios. Cobremos nosotros también comisión por los servicios que damos. El fracaso fue total. La gente está acostumbrada a pagar comisiones a los bancos y ni se plantean para qué, pero no quieren pagar a otras empresas. Porque el banco ya tiene tus ahorros. No necesitan pedirte el dinero, la autorización o perseguirte para que pagues, te lo descuentan directamente sin avisar, cuando quieran. Ya lo tienen.
Además el Estado nos "obliga" a tener el dinero en el banco (ver el artículo publicado como Dinero Negro en enero 2012).
Pero la principal ventaja es que con el ahorro de los ciudadanos en su poder, su quiebra va mucho más allá de un empresario de tantos que se "arruina". Afecta a todos. ¿Cómo le vas a decir a un pensionista, a un trabajador, a un ciudadano, que el dinero que ahorró toda su vida, con el sudor de su frente, ha desaparecido? Que el banco ha quebrado y que ese dinero ya no existe. Que se volatilizó. Que debería haberlo guardado en casa, en un calcetín o debajo del colchón. Que con sus impuestos ha pagado una institución pública, el Banco de España, que ha fracasado en su misión de supervisar la solvencia de las Entidades Financieras, pero que se siente...
El Estado tiene el deber de proteger al ciudadano de los excesos de la banca, a través del Banco de España, y es responsable si no lo hace. Más allá del Fondo de Garantía de Depósitos. Por tanto debe rescatar a los bancos con dinero público. No es tolerable que un ciudadano pierda sus ahorros por culpa de un banco que el Estado le obliga a usar pero que se desentiende cuando quiebra.
Hacienda somos todos y su dinero es nuestro dinero. Son nuestros impuestos. Por ello tiene la obligación de depurar responsabilidades, de castigar a los culpables, y de salvar nuestros ahorros aunque sea a costa de cargarse los despilfarros mencionados en el artículo (Recortes) que he escrito hace un rato.
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