miércoles, 11 de enero de 2012

LA MUERTE

De pequeño temía a la muerte. Todavía recuerdo cuando mi hermano mayor me desveló su existencia. Estuve unos días bastante preocupado...

Hoy entiendo sus bondades. La muerte limpia, renueva, retira lo viejo para dar espacio a lo nuevo. Nos confirma la impermanencia de todas las cosas del mundo, todo cambia, nada es para siempre. Iguala a todos los seres humanos i hace viable la reproducción y la vida. Pero lo más importante es que te hace apreciar el hecho de estar vivo. Disfrutar de cada momento, no porque puedas morir mañana, sino porque seguro que habrá un día en el que morirás mañana. Un día se acabará, todos nos estamos muriendo, cada segundo. Por esto es vital ser conscientes de ello y aprovechar cada instante.

Ya comenté un día que con 7000 millones de habitantes (in crescendo) en este planeta pronto no se cabrá por lo que la muerte se convierte en algo todavía más esencial.

Por supuesto que estoy a favor de la eutanasia. Legal, por simple voluntad del afectado y financiada por la Seguridad Social. Debería ser accesible incluso para las personas sanas. Me parece tan obvio que nadie le puede impedir morirse a alguien que se ha cansado de vivir que no voy a dedicarle más tiempo.

Por supuesto tampoco se debe impedir vivir a alguien que lo desee. Por ello estoy en contra del asesinato. Parece una obviedad pero para mí no hay distinción entre quitar la libertad para vivir o para morirse.

Y cuando hablo de asesinato es independiente de que lo cometa un individuo o un estado. En consecuencia me parece aberrante la pena de muerte que no encuentro justificable en ningún caso (dada su arbitrariedad y su irreversibilidad en caso de error). Tampoco vale la pena profundizar más.

Pero hay un tema que ya no es tan obvio. El aborto. Está claro que un minuto antes de nacer, el feto ya es un ser humano. Dos minutos antes también. Y tres. (Podría seguir así minuto a minuto hasta llegar a los nueve meses, pero creo que ya se ha entendido la idea). Y está claro que un espermatozoide y un óvulo, aun estando vivos, no son una persona. Sino vaya remordimientos por cada pajilla... maté a millones de humanos potenciales cada vez. 

Para mí el aborto es necesario. Al margen de razones demográficas, sanitarias, psicológicas o violaciones, creo que no se puede obligar a una persona a tener un hijo no deseado ni a un hijo a tener unos padres que no lo quieran. Por tanto defiendo la libertad de cada uno de decidir si quiere abortar o no sin tener que dar más justificación que su voluntad.

Pero por otro lado reconozco que me cuesta establecer la frontera para definir si un ser humano formado y con consciencia lo es a partir de 14 semanas o a partir de 36. Y hay que poner una fecha, aunque un minuto antes y un minuto después la situación sea la misma. Al final esa alma buscará otro cuerpo en el que encarnarse con unos padres que quieran serlo. Exactamente igual que el resto de mortales tarde o temprano.

Me pica el ojo...



No hay comentarios:

Publicar un comentario