martes, 31 de julio de 2012

A PECHO DESCUBIERTO

Algunos ayuntamientos prohíben a la gente ir por la calle a pecho descubierto, sin camiseta. Consideran el cuerpo humano como algo indecoroso, feo, antiestético o poco elegante que debe mantenerse oculto. Al final es una extrapolación de la censura religiosa. En algunos cultos los cuerpos (en especial de la mujer) deben ser cubiertos y escondidos en su totalidad.

El cuerpo humano es algo natural. Y por tanto es hermoso. Los hay de diferentes formas y colores y aunque los estándares de belleza artificiales han impuesto a los hombres cachas y a las mujeres delgadas (pero con pechos grandes), la realidad es que un cuerpo (propio o ajeno) no es algo de lo que nadie deba avergonzarse. Ni mucho menos ocultar bajo pena de multa. ¿Por qué puedo enseñar la cara, una mano, un brazo pero no una barriga? ¿Por qué la espalda debe pasar calor pero la pantorrilla puede estar al aire libre? ¿Quien es el ayuntamiento para decirme cómo debo vestir? Por mí como si la gente quiere pasearse por la calle en pelota picada. ¿Por qué en la playa la gente puede mostrar sus cuerpos pero en la calle no?

Supongo que es un tema de evolución. Hace años la minifalda era porno duro, los bañadores cubrían todo el cuerpo y el top less era delito federal. Pero hemos evolucionado. Y seguiremos evolucionando a pesar de las mentes reaccionarias y fundamentalistas.

lunes, 30 de julio de 2012

FAMOSOS

¿Por qué alguien como yo sabe quién es Belén Esteban? ¿O Leo Messi? No me interesan ni la farándula ni el fútbol, pero puedo poner cara a estos dos nombres. Y a los de mucha más gente que no aporta nada a la humanidad. ¿Por qué no me sé el nombre de científicos, voluntarios, bomberos, maestros y un sinfín de personas que hacen que este mundo sea un lugar mejor donde vivir? ¿Por qué, en cambio, no puedo evitar que mi cerebro se ensucie con todo este otro spam mental?

La respuesta es clara, los medios nos bombardean con esta basura. Y a base de repetición nuestra cabeza pierde la capacidad de filtrar. Está claro que detrás hay un interés político de entretener a la masa para evitar que piense (cosa que pondría en peligro el sistema) y un interés económico porque estos sectores mueven millones. Al margen de parásitos periféricos, las abultadas nóminas de los protagonistas revelan que la sociedad sí que les da un valor. Y las estrategias de borreguismo y chupacuartos no funcionarían si realmente, en el fondo, a la gente no le gustaran estos temas.

Hubo un tiempo en el que yo les daba un valor. "Belén Esteban tiene el mérito de que alguien le pague por hacer lo que hace, y que además le paguen bien. Esto no lo consigue cualquiera. Hay mucho borrego suelto haciendo animaladas, y nadie les da un sueldo por ello. Un braguetazo puede catapultarte, pero no tiene que ser fácil conseguir que la gente no se canse de verte haciendo el ridículo." Lo mismo es aplicable a darle patadas a un balón. Pero funciona, la gente se entretiene y la audiencia da dinero.

Ahora ya no le doy valor. El error está en medir el éxito en función del dinero que generas. Pensar que a mayor sueldo más has triunfado. Esto desvirtúa el término de tener éxito en la vida. Tener más dinero implica poder comprar más cosas, acumular más trastos y tener un ataúd mejor. Algunos pueden hacerse panteones estilo faraón con todo lo que han acumulado. ¿Y?. El dinero es importante para satisfacer las necesidades básicas y disfrutar de la comodidad del consumo, no lo niego, pero no es la base para medir el éxito en la vida. No es incompatible con aportar algo a la humanidad, pero por sí mismo no mide en nada la valía de una persona.

lunes, 23 de julio de 2012

LOS MOSQUITOS

Hace tiempo que me cuestiono la utilidad vital de los mosquitos. Afortunadamente aquí no transmiten enfermedades letales, pero no acabo de entender qué se había fumado "El Creador" el día que decidió inventarlos.

Claro, seguro que las arañas, pájaros, peces, batracios, murciélagos y otros benefactores que se alimentan de ellos no opinan igual, pero yo me sigo preguntando si no hubiera sido mejor hacer unas mosquitas inofensivas para tal finalidad.

Tengo las piernas taladradas con premeditación, alevosía, ensañamiento y nocturnidad. Mi filosofía budista de respetar a todos los seres vivos se desmonta como un castillo de naipes en un tsunami ante tal contradicción. Los combato como a cualquier virus, bacteria, hongo o parásito que pretenda alimentarse de células de mi cuerpo... sin tregua.

Un día decidí que no usaría armamento químico o bacteriológico. Ni sprays, ni enchufes, ni citronela, ni velas, ni humos, ni collares o pipetas antiparasitarios. Creo que el veneno y los tóxicos insecticidas me perjudican más que el anticoagulante de la picadura. Yo trabajo a pura palmada. Tú me picas, yo te aplasto. Yo te aplasto y tu ya no me picarás. No utilizo ningún otro método (a excepción de dejar las zapatillas usadas en la ventana, cuyo hedor crea una barrera que purga cualquier forma de vida, pero lo hago más por dignidad humana que como insecticida).

Con el tiempo me he convertido en un cazador experto. La clave es la sangre fría. El temple. La ecuanimidad. Cuando los veo volar los sigo sin odio, sin rencor, sin pasión. Intento que pasen por una superficie blanca (paredes...) para mejorar el contraste y los aplasto al aire de una palmada, a la primera. Mi eficacia y reflejos han incrementado de forma exponencial. La destreza y la maestría se adquieren con el tiempo y la experiencia. Al final haces filigranas, cacería espectáculo (chafar a la vez uno con cada mano, arrojar un objeto al aire, aplastar al mosquito y recoger el objeto antes de que caiga al suelo, etc...).

Cada noche, antes de acostarme, hago una redada por la habitación. No dejo ni uno con vida. Mi propia vista ha mejorado y los detecto al instante. Me conozco cada rincón, cada muesca en la pared. Moscas, arañas están siempre a salvo de ser confundidos. Identifico tigres, vulgares, mosquita cojonera que pica. Un experto de la universidad de la vida, del trabajo de campo. No, no seré modesto, soy un depredador, 50% rana, 50% Schwarchenechsewenegger.

Una vez, escuché en un documental que los mosquitos no son como las abejas o las inyecciones. No es un aguijón afilado y poderoso que pica a golpe. Más bien es una especie de serrucho, y tarda unos 20 segundos en hacer un agujero para meter la trompa succionadora. Por tanto tienes todavía un tiempo de respuesta. Por ello, una táctica habitual, es dejar que se posen en mi pierna. Que me empiecen a picar. Cuando tienen la trompa dentro son más vulnerables. Imaginaros a un hombre en plena cópula. En pleno orgasmo. Seguro que no tiene ganas de luchar o huir ante un peligro, o como mínimo reacciona más lento. Esos segundos hacen la diferencia. Esos segundos te permiten aplastarlo con comodidad. Sin prisas. Sin estrés. Sin remordimiento. Sin odio. Sin crueldad. Sin piedad. Sin sentimientos. Sin rencor.

miércoles, 18 de julio de 2012

FAMILIAS NUMEROSAS

Yo soy partidario de retirar todos los descuentos y las ayudas (con dinero público) a las familias numerosas. Está claro que nadie les obliga a tener tantos hijos, que existen métodos anticonceptivos al alcance de todo el mundo y que el Estado no debe responsabilizarse de aquellos que no son capaces de calcular cuantos hijos pueden mantener.

Existe la falsa creencia que las familias numerosas son beneficiosas para la sociedad. Que los niños de hoy pagarán las pensiones de mañana... (y cobrarán las de pasado mañana). Que la pirámide poblacional debe crecer indefinidamente y que el planeta y los recursos naturales pueden mantener a un número ilimitado de seres humanos.

Esto era cierto cuando la población humana no superaba los 1000 millones de personas y la agricultura era el motor de la economía. Cada brazo adicional era una bendición para la familia y una inestimable ayuda para cultivar la tierra y proporcionar alimentos y sustento a los ancianos. El planeta todavía podía soportar esta presión demográfica.

Incluso es comprensible en una era industrial, donde los empresarios necesitan trabajadores para hacer funcionar sus empresas, y consumidores para que les compren sus productos.

Pero en una era tecnológica, donde la mano de obra es cada vez más prescindible, sustituida por las máquinas, los robots y los ordenadores, aumentar el número de personas implica aumentar las posibilidades de desempleo, marginación, deterioro medioambiental y conflicto.

No, no tiene ningún sentido potenciar a las familias numerosas, no son beneficiosas para la humanidad, al contrario, la perjudican. Entonces ¿por qué seguimos haciéndolo?

Aparentemente por inercia, porque siempre se ha hecho así. Una herencia del franquismo y del fundamentalismo católico que se han olvidado de revisar...

Pero no cuela. En época de crisis se revisan muchos gastos innecesarios y éste no se ha tocado porque hay intereses para que siga así...

Cualquier grupo de presión, la Iglesia, el Estado, el Opus... que tenga poder, le interesa que sus miembros se reproduzcan para generar "cantera" de adeptos a la causa. Cualquier religión animará a sus miembros a tener hijos para perpetuar el "chollo". Cualquier Estado (minimamente facha) preferirá que le nazcan ciudadanos, hijos de nativos, a que su sociedad se le "ensucie" con inmigrantes y sus ideas nuevas, a los que hay que domesticar y que pueden cuestionar la estructura de poder actual.

Yo creo que hay que pensar mínimamente en el planeta y en las generaciones futuras. No a lo Chino, tampoco soy partidario de penalizaciones, pero por supuesto las familias numerosas no deben tener el apoyo moral ni económico de las instituciones públicas.