martes, 25 de septiembre de 2012

NH90 - EL DESPILFARRO SILENCIOSO

Leo con estupor que el Ministerio de Defensa ha comprado 38 helicópteros NH90. http://www.elmundo.es/elmundo/2012/09/17/espana/1347870494.html

Cada juguete vale 22,5 millones de euros. Una sencilla multiplicación nos lleva a calcular que se han tirado a la basura 855 millones de euros de impuestos del contribuyente.

No es nuevo que se despilfarre el dinero público, ya publiqué un artículo llamado Recortes donde mostraba multitud de ejemplos. 

También nos estamos acostumbrando a que nuestros políticos simultaneen la malversación con recortes y subida de impuestos.

Pero este caso creo que merece un artículo propio, porque tiene algunos puntos por lo menos curiosos.

Lo que más me sorprende es que ha pasado totalmente desapercibido. Nadie se ha quejado. Nadie lo ha discutido. Prácticamente no se ha nombrado en los medios de comunicación. Cantidades mucho menores han generado mucha más atención por parte de la prensa y mucha más indignación de los ciudadanos. Pero esto ha pasado impune. Suben el IVA, recortan sanidad y educación, pero hay dinero para comprar máquinas de guerra.

La utilidad de estos helicópteros puede ser diversa:

a) Que no sirvan absolutamente para nada. En el mejor de los casos. Lo que todos deseamos.

b) Que sirvan para matar personas. En cuyo caso podemos dividirlo en varios grupos:

b.1) Matar soldados de una potencia enemiga que nos invada (cosa improbable, hoy los países se compran, ya no se invaden militarmente)
b.2) Matar ciudadanos de regiones secesionistas que pretendan romper la sagrada unidad del territorio nacional.
b.3) Matar contribuyentes asqueados que se subleven contra un sistema que les exprime... y que han pagado esas máquinas con el sudor de sus axilas.

... y supongo que la lista podría ser interminable...

Me pregunto, con ese dinero, cuantos helicópteros para apagar incendios forestales se podrían haber comprado. Si hay un sector improductivo y recortable en el mundo es la industria militar.

Mientras se tire un solo céntimo de los impuestos a la basura el gobierno no tendrá ninguna credibilidad en sus recortes y políticas de austeridad. No digamos si se tiran de golpe 855 millones de euros.

jueves, 6 de septiembre de 2012

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

Hace 20 años, con los puntos de la libreta de una entidad bancaria que ya no existe, me regalaron una máquina para cortar cabello. Solac Ideal Beauty Collection, Modelo 245. Sencilla pero eficaz. Durante todos esos años le di un uso muy frecuente y nunca falló. Hace poco las cuchillas empezaron a perder filo y ya tiraba un poco de los pelos así que me decidí a comprar otra.

Por supuesto busqué el mismo modelo y marca, pero ya no lo fabricaban. Al final pensé "sólo es una máquina para cortar el pelo, cualquiera me sirve, pero la compraré un poco buena porque quiero que me dure".

En un mal día me decidí por una Remington Cortapelo Maverich HC5750. Un error. Puedes usarla sin cable, que siempre molesta, pero tiene menor potencia por lo que acabas enchufándola como todas. Ah y lo más importante, ¡¡¡se puede recargar mediante puerto USB!!!! ¡¡¡Siempre quise una máquina cortapelos enchufable a un USB!!!. ¡¡¡Qué prestación más inútil!!!. ¿Para qué la voy a enchufar a un USB habiendo enchufes? Y si no hay enchufes me espero unos días a cortarme el pelo, hasta que encuentre uno.

Por supuesto el corte es mucho menos limpio que en mi vieja Solac y tengo que dar varias pasadas donde antes sólo daba una.

Pero volvamos a la Obsolescencia Programada: esta máquina tiene unos peines de plástico blando diseñados para romperse.

Al principio los cubre la garantía, aunque siempre es una molestia tener que desplazarse al servicio técnico a pedir el recambio. Son muy delgadas y es fácil que se rompan. El problema es que a veces se rompen solas, guardadas en el estuche, en algunos peines que por su tamaño nunca he usado. Por tanto no se rompen por el uso (o mal uso). Se rompen porque están diseñadas para ser frágiles. Para no durar, para que te tengas que comprar recambios o mejor, una máquina nueva.

Es lo que se conoce como Obsolescencia Programada. Diseñar un producto para que se estropee y así obligar al consumidor a gastar más. Ello no sólo es perjudicial para su bolsillo, sino también para el Medio Ambiente que habita porque la máquina vieja son más residuos. Pero da igual. Lo importante es vender, y si los productos duran se venden menos así que es más rentable diseñarlos para que se rompan.

El tema del software y hardware informático funciona igual, aunque aquí es más rápido hacer que queden obsoletos y sean incompatibles a que se estropeen físicamente. Distinta táctica para un mismo objetivo.

Hay un montón de información y reportajes sobre este tema en Internet, no me extenderé.

Simplemente decir que las empresas no fabricarían productos con Obsolescencia Programada sin la permisividad y el consentimiento del Estado. Hoy en día, afortunadamente, ya existe un periodo legalmente obligatorio de garantía. Si éste periodo se ampliara a 10 o 15 años para todos los productos, a las empresas ya no les resultaría tan rentable fabricarlos para que se rompan, se esmerarían más en la calidad y se acabaría de una vez por todas con la Obsolescencia Programada.