miércoles, 3 de abril de 2013

EL MÚSCULO ESTAPEDIO

Es por muchos conocido que dentro del oído medio tenemos tres huesecillos, el Martillo, el Yunque y el Estribo, siendo este último el hueso más pequeño del cuerpo humano.

Pero algunos todavía no han oído hablar del músculo estapedio, también conocido como músculo del estribo. No por casualidad, también ostenta un récord, el de ser el músculo esquelético más pequeño de nuestro cuerpo.

Su función actual es atenuar las vibraciones muy pronunciadas que se producen en el estribo por los ruidos de gran intensidad. Protege las estructuras anexas (ventana oval), disminuye la sensibilidad auditiva y su parálisis se asocia con la hiperacusia (audición anormalmente sensible).

  
Pese a su escaso tamaño y actual desconocimiento, este músculo algún día protagonizará todos los medios de comunicación.

El cuerpo humano evoluciona y se adapta a su entorno, pero siempre va un paso por detrás.  La función crea al órgano. Estamos diseñados para vivir en la Naturaleza, pero en unos pocos centenares de años hemos modificado nuestro estilo de vida de forma radical, y nuestro cuerpo no está preparado para ello.

Un ejemplo es el ruido. Nuestro oído no está preparado para los niveles de ruido que sufrimos actualmente. El hombre primitivo escuchaba sonidos leves que podían significar la presencia de un depredador o enemigo, y ello podía ser clave para su supervivencia. El hombre actual escucha martillos neumáticos, motos de gran cilindrada, camiones de la basura, vecinos amantes del bricolaje y una infinidad de decibelios que no le aportan ningún beneficio ni le satisfacen ninguna necesidad.

Las personas pueden cerrar los ojos a voluntad y dejar de ver, pero no pueden decidir "cerrar los oídos" y dejar de escuchar... por ahora...

Exacto. El ser humano evolucionará, y en un futuro, tal vez dentro de miles de años, pero algún día, su músculo estapedio mutará, aumentará de tamaño, podrá ser controlado a voluntad y adquirirá la capacidad de separar temporalmente el yunque del estribo (o el estribo de la ventana oval), impidiendo la transmisión de las vibraciones del tímpano, y por tanto produciendo sordera absoluta de forma consciente y controlable.

Poder dormir, leer, meditar o descansar en silencio absoluto, al margen de lo que los demás decidan que debes escuchar. Poder simular que estás en una conversación o reunión de trabajo y "desconectar" de forma unilateral sin que los demás se enteren. Todo esto algún día será posible. Y no gracias a la tecnología. Gracias a la evolución natural y a la adaptación de un órgano que ha visto totalmente modificada la función para la que fue inicialmente diseñado.

No viviré lo suficiente como para poder ver mi teoría confirmada, probablemente faltan siglos para que nazca el primer humano con esa mutación, pero algún día ocurrirá. El tiempo me dará la razón.