lunes, 30 de julio de 2012

FAMOSOS

¿Por qué alguien como yo sabe quién es Belén Esteban? ¿O Leo Messi? No me interesan ni la farándula ni el fútbol, pero puedo poner cara a estos dos nombres. Y a los de mucha más gente que no aporta nada a la humanidad. ¿Por qué no me sé el nombre de científicos, voluntarios, bomberos, maestros y un sinfín de personas que hacen que este mundo sea un lugar mejor donde vivir? ¿Por qué, en cambio, no puedo evitar que mi cerebro se ensucie con todo este otro spam mental?

La respuesta es clara, los medios nos bombardean con esta basura. Y a base de repetición nuestra cabeza pierde la capacidad de filtrar. Está claro que detrás hay un interés político de entretener a la masa para evitar que piense (cosa que pondría en peligro el sistema) y un interés económico porque estos sectores mueven millones. Al margen de parásitos periféricos, las abultadas nóminas de los protagonistas revelan que la sociedad sí que les da un valor. Y las estrategias de borreguismo y chupacuartos no funcionarían si realmente, en el fondo, a la gente no le gustaran estos temas.

Hubo un tiempo en el que yo les daba un valor. "Belén Esteban tiene el mérito de que alguien le pague por hacer lo que hace, y que además le paguen bien. Esto no lo consigue cualquiera. Hay mucho borrego suelto haciendo animaladas, y nadie les da un sueldo por ello. Un braguetazo puede catapultarte, pero no tiene que ser fácil conseguir que la gente no se canse de verte haciendo el ridículo." Lo mismo es aplicable a darle patadas a un balón. Pero funciona, la gente se entretiene y la audiencia da dinero.

Ahora ya no le doy valor. El error está en medir el éxito en función del dinero que generas. Pensar que a mayor sueldo más has triunfado. Esto desvirtúa el término de tener éxito en la vida. Tener más dinero implica poder comprar más cosas, acumular más trastos y tener un ataúd mejor. Algunos pueden hacerse panteones estilo faraón con todo lo que han acumulado. ¿Y?. El dinero es importante para satisfacer las necesidades básicas y disfrutar de la comodidad del consumo, no lo niego, pero no es la base para medir el éxito en la vida. No es incompatible con aportar algo a la humanidad, pero por sí mismo no mide en nada la valía de una persona.

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